2407.- Los Discípulos perseveraban unánimes en la oración junto con María, la Madre de Jesús…(Hech 1, 14)…Sábado de la XIX Semana del Tiempo Ordinario…Ciclo A…Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has revelado los Misterios del Reino a la gente sencilla…(Mt 11, 25)…Sábado 16 agosto 2014…


Del Libro del Profeta Ezequiel: 18, 1-10. 13. 30-32

El Señor me habló y me dijo:

«¿Por qué andan repitiendo este refrán en Israel:

 ´Los padres fueron los que comieron uvas verdes y son los hijos a quienes se les destemplan los dientes´?

Les juro por mi vida, dice el Señor Dios, que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel. Sépanlo: todas las vidas son mías, lo mismo la vida del padre que la del hijo. Así pues, el hombre que peque, ése morirá. 

El hombre que es justo y vive de acuerdo con el Derecho y la Justicia; que no ofrece sacrificios a los ídolos ni los adora; que no deshonra a la mujer de su prójimo; que no explota a sus semejantes y les devuelve la prenda empeñada; que no roba, sino que da de comer al hambriento y viste al desnudo; que no presta con usura ni acumula intereses; que no comete maldades y juzga imparcialmente los delitos; que observa mis Preceptos y cumple con fidelidad mis Mandamientos, ése hombre es justo y ciertamente vivirá, dice el Señor Dios. 

Si el hijo del justo es ladrón u homicida y quebranta alguno de mis Mandamientos, ciertamente morirá y será responsable de sus propios crímenes. 

 Pues bien, pueblo de Israel, Yo juzgaré a cada uno de ustedes según su proceder, dice el Señor Dios. 

    Arrepiéntanse de todos sus pecados, apártense de ellos y no morirán. 

 Arrepiéntanse de todas las infidelidades que han cometido, estrenen un corazón nuevo y un espíritu nuevo y así no morirán, pues Yo no quiero que nadie muera, dice el Señor Dios. 

      Arrepiéntanse y vivirán».

 

 

 

DEL SALMO. 50

Crea en mí, Señor, un corazón puro.  

Crea en mí, Señor, un corazón puro,

un espíritu nuevo para cumplir 

tus Mandamientos. 

No me arrojes, Señor, lejos de Ti

ni retires de mí tu Santo Espíritu. 

Devuélveme tu salvación, que regocija,

mantén en mí un alma generosa.

Enseñaré a los descarriados tus caminos

y volverán a Ti los pecadores.

Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios,

y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría.

Un corazón contrito te presento,

y a un corazón contrito,

Tú nunca lo desprecias.  

Del Santo Evangelio según San Mateo: 19, 13-15

     En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los Discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo:

     «Dejen a los niños y no les impidan que se aqcerquen a Mí, porque de los son como ellos es el Reino de los Cielos». 

     Después les impuso las manos y continuó su camino.

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